Capítulo 7 - Marie Evans: Navidad de deseos.

Una madrugada de un 25 de diciembre.

Ya era tarde, la familia disfrutaba entre risas y copas mientras yo disfrutaba de mis regalos junto a Abrazitos, pero, no tan solo de mis regalos, me acerqué de nuevo a la ventana, hacía un tiempo precioso, copos de nieve cubrían los adornos de la calle, cada camino era blanco y nevado, era magnífico, como para dar un paseo, pero prefería disfrutar de mis regalos, de mis nuevos juguetes, allí, cerca de aquella cálida chimenea que calentaba cada poro de mi piel. Aún no podía creer todo aquello, ni puedo creer las vueltas que da la vida, que hace apenas unos días estaba allí, en una casita de cartón junto a aquel señor y que, ahora esté aquí con la familia de mi Doctor, que es quien me ha estado cuidando estos días tan duros.
Ahora, disfruto de mi mochila, de mi nuevo peluche Sonrisitas, de mis muñecas, de mi nueva ropa y del sabor navideño. - dije sonriente.
Si estoy aquí, quizás sea el destino, o aquella estrella fugaz que vi, a la que pedí un deseo. Esta claro que no todo llega por que sí, todo tiene un por qué. Pero, aún así, esto no quedará de esta forma, seguiré con mi búsqueda y trataré de sentarme y hablar con aquel señor mayor que se negó a hablar conmigo después de haberle querido agradecer lo bien que se portó conmigo y que, quizás, si por mi fuera, hubiera estado aquí también, con Charles, con su familia, conmigo, con su chaqueta, tratando de sacarle una sonrisa de lado a lado, sería tan feliz, es como que dentro de mi interior, me falta un trocito de felicidad, un trocito de su presencia, sé que es buen señor y que por circunstancias de la vida no quiso hablar conmigo, le vi preocupado, destrozado, apenas parecía el sino una simple sombra derrotada por el dolor, no un simple dolor, sino un dolor que se le notaba en la mirada, esta claro que es idéntico a mí y que ha vivido bajo la angustia y la pobreza y, por eso, no me quedaré de brazos cruzados..

- Cielo, vamos a salir a disfrutar de la nieve ¿Te apetece? - seguidamente, me puse los guantes, la bufanda y el gorro y salí corriendo, con una enorme felicidad.

Hacía una madrugada muy helada, apenas sentía los pies, pero la diversión que había entre todos no se acababa, por lo que el frío era secundario y olvidadizo, las peleas de bolas de nieve con el Doctor Charles eran increíbles, incluso aquel muñeco de nieve que estuvimos haciendo durante una hora entre toda la familia y yo. Alguien que pasaba por allí en bicicleta, paró para hacernos una foto a todos, ya que todos querían tener un entrañable recuerdo para sus memorias, aquel momento, aquel frío, aquella familia, aquellas sonrisas, aquellas peleas de bolas de nieve, aquel muñeco, las luces navideñas.. ¡Los regalos!
Todo era demasiado perfecto para una noche como esta, aún sigo preguntándome cómo he llegado hasta aquí si apenas soy una niña que vive de la pobreza. ¿Son deseos? Quizás. 

¡Ha sido una de las mejores navidades de mi vida! Pero ahora debo de partir..

Capítulo 8 - Marie Evans: La llegada.