Un extraño sueño detuvo mis ganas de querer seguir durmiendo, de nuevo, era él, esta vez en un sueño, en un camino, en una casita roja, pequeña, sin vecinos, lo más parecido a una casa de campo, donde los tulipanes florecían y crecían al son del sol. Aquel enorme granito de arena seguía en mi mente, yo iba a partir, pero quería hacerlo a la luz del día, ya que tenía miedo a la oscuridad, y también a la soledad en ciertas ocasiones.
Está a punto de amanecer por lo que iré de puntillas, sin hacer ruido, en silencio. - susurré en mi aturdida mente.
Ya estaba preparada, ya había llenado mi mochila de cosas, aquel sueño perseguía mi mente, quería llegar a saber por qué llegue a aquel sueño y el por qué de todo, ahora, he de salir de aquí, muy despacito y silenciosamente, siguiendo el camino del sueño, arropada con su chaqueta ya que el día era demasiado frío.
Después de haber dejado una nota al Dr. Charles, prometiendole mi más pronta llegada, decidí dejarles atrás y buscar el camino, esta claro que no está cerca de aquí, por aquí no hay tulipanes, ni poca gente, es todo lo contrario, un pequeño y precioso pueblo, sin vecinos y nada ruidoso..
Continuaba mi camino, mis pies estaban agotados, todo eran casitas pequeñas, eran todas una preciosidad, lo que me hacía un viaje entretenido, pero, con algo de suerte pude avanzar, cerca de allí había una bicicleta, sin pensarlo ni una vez, fui hasta allí, un par de kilómetros adelante.
Para llegar a aquella casa entre muchos tulipanes, me desvié con mi bicicleta y me bajé, estaba a pocos minutos de llegar y mis pasos cada vez más, se acercaban hacia allí.
- Magnífica casa, algún día, cuando sea mayor viviré en una igual que esta. - Dije con mi rostro sonriente y algo cansada, tumbandome entre los tulipanes.
Mi cansancio era horrible pero nada, absolutamente nada me dejaba pegar una pequeña siesta, todo esto tenía que acabar, o, quizás, empezar y algún día, habré estado orgullosa de esto, pero esta claro, que aún me quedan muchas historias que contar y que compartir..
Capítulo 9 - Marie Evans: Un sol oscuro.
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