Cuando te propones una meta no lo haces porque te gusta, no lo haces porque sí, lo haces por ti, por tu salud, por tu bienestar, por tu bien porque cuando más pasen los días y sigas cumpliendo con ello, mayor será la felicidad, mayor será la seguridad hacia ti mismo/a y mayor será la recompensa. De lo contrario, irá todo peor y tu autoestima será muy baja. Si en cambio te propones hacer algo y lo acabas haciendo, te sientes más agusto contigo mismo/a y piensas, me he quitado un peso de encima, te sientes liberado/a por dentro, lo que te hace sentirse bien a uno mismo. Da lo mejor de ti y jamás te rindas, la meta está cada vez más cerca.
"La mente y el cuerpo están tan estrechamente unidos que simplemente apretando los músculos se puede activar la fuerza de voluntad".
martes, 14 de enero de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.