lunes, 27 de enero de 2014

Marie Evans: El pasillo - Capítulo 4

Publicado por Alba Alexander en 11:36
Sábado, 22 de diciembre.

Al día siguiente, me había levantado mirando delante mía y recibiendo lo que era mi desayuno en una bandeja, olía delicioso, estaba impaciente por probar todo, había una gran variedad de cosas, galletas de chocolate, zumo, tostadas, un bollo con crema, hasta cupcakes, que parecían hechos a mano, aunque no sabía por donde empezar, tenía que comer mucho para reponer fuerzas y allí, estaba yo, disfrutando de aquel magnífico desayuno, mirando por la ventana y viendo pasar las horas, pero no tenía mucha hambre así que decidí darme un paseo por aquel pasillo con mi silla de ruedas y con mi inseparable peluche Abrazitos, me deslizaba poco a poco hacia aquella silla, hasta que, minutos después, conseguí sentarme.
El pasillo estaba muy tranquilo, no había apenas gente y era temprano, mientras tanto yo estaba dándome unos largos caminos, dándole de nuevo vueltas a la cabeza, preguntándome ésta vez que qué estaba haciendo yo aquí, que por una parte era un honor pero que por otra tenía mi casita de cartón abandonada, a lo lejos, a unos kilómetros de aquí. Pero, con este dolor de cabeza me era hasta imposible pensar.
Decidí darme una larga vuelta por aquel hospital, no tenía nada mejor que hacer, así que fui a un pasillo por dónde pasaba demasiada gente, mi dolor de cabeza aumentaba, aquellas voces, aquella gente, incluso gritos de niños correteando por allí. Pero, entre esa multitud de gente, alguien llamó mi atención..

Mi vista se nublaba, una vez más y yo, caía de aquella silla de ruedas.

Un eco de voces me rodeaban.
- ¿Qué me ha pasado?
- No salgas de aquí si no es con un adulto, avisa la próxima vez y come algo, necesitas reponer fuerzas, necesitas recuperarte. - me dijo aquel doctor un tanto preocupado.
- ¿Y tú.. quién eres? ¿Qué quieres de mí? - pregunté, no recordando absolutamente nada.
- Soy el Dr. Charles, doctor y amigo tuyo, quien cuida a esta hermosa niña y quien la hace sonreír. - le respondió reconfortándola.
- No quiero irme. 

Durante unos largos minutos, el Dr. Charles se quedó conmigo, tratando de reconfortarme y de hacerme reír a carcajadas de nuevo, él era un gran doctor y era incapaz de dejarme allí sola, tenía mucho trabajo, pero iba el mayor tiempo de veces a visitarme, yo apenas recordaba quien era él, ni siquiera quién era yo y a qué se debía todo esto, había perdido el conocimiento, pero estaba segura de que esto no iba a ser para siempre, que tan solo había sido un desvanecimiento ya que, durante días, no había apenas comido ni bebido, y que si lo hacía, eran los restos de comida encontrados por el suelo, estaba absolutamente en la miseria y en la pobreza, pues de algún modo, tenía que buscarme la vida y por eso, he acabado aquí, soy una niña y no puedo valerme por mí misma aún. Cuestión de tiempo..

Capítulo 5 - Marie Evans: Pensamientos. 

0 comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.